Tiwanaku, sequía y eclipse solar Reflexiones de ayer para hoy
Por: Cintia Fabiola Figueredo Quisbert
El pasado sábado 14 de octubre de 2023 fuimos testigos de un fenómeno astronómico poco regular, se trató de un eclipse solar anular, un fenómeno astronómico que ocurre cuando la Luna se interpone entre el Sol y la Tierra, sin cubrirlo por completo y dejando un anillo brillante alrededor. El fenómeno duró casi seis horas se apreció de forma parcial en el país.
Los eclipses solares para las culturas pre colombinas, según algunas investigaciones arqueológicas, eran fenómenos cargados de un significado negativo ya que al ser sociedades cuya subsistencia se basaba en la agricultura, el Sol era su regente natural principal y garantizaba su subsistencia, un fenómeno como un eclipse significaba pues la muerte del Sol, por lo tanto, el riesgo de la pérdida de existencia.
El mes de octubre ha sido caótico, como suele ser costumbre en la historia boliviana, fuera de haber presenciado un eclipse, la sequía y la falta de agua han afectado a muchas regiones del país, entre ellas el lago Titicaca, así mismo los incendios forestales han hecho estragos y han contaminado el aire de ciudades como Santa Cruz y La Paz, por su proximidad a los principales focos de calor, sin duda es una situación catastrófica para todos los seres que habitamos este espacio geográfico llamado Bolivia.
El presente artículo relaciona el contexto de eclipse parcial de sol, incendios forestales, daño ambiental y sequía que vive el país, con una interpretación del colapso de Tiwanaku, basada en el análisis de una pieza arqueológica que, según los arqueólogos Jedú Sagarnaga y Javier Mencias, posiblemente describe la interpretación de una serie de 3 eclipses solares que fueron visibles desde Tiwanaku y Pariti entre el 992 y 1093 de nuestra era, la pieza forma parte de un hallazgo arqueológico en la isla de Pariti del año 2004, la más importante de Bolivia en los últimos 50 años, y se cree que las diversas piezas de cerámica encontradas fueron una gran ofrenda fruto de la desesperante situación de sequía extrema que tuvo que enfrentar el imperio de Tiwanaku antes de su colapso durante el siglo X, el clima hostil, la sequía y la falta de alimentos estuvieron vinculados con los eclipses que sucedieron aquellos años.
- El hallazgo arqueológico de Pariti
El año 2003 se produjo el hallazgo arqueológico más importante de los últimos 50 años de historia del país, este importante evento tuvo como escenario la isla Pariti, ubicada en Wiñay Marka, región sur del lago Titicaca, en la provincia Los Andes del departamento de La Paz, las piezas son de origen tiwanacota, sus formas y significados llegaron a ser muy interesantes por su peculiaridad.
Entre los objetos hallados en Pariti, analizados y estudiados por el arqueólogo Jedú Sagarnaga y su equipo, quienes estuvieron a cargo del hallazgo, se pudo evidenciar la existencia de wako retratos, kerus, y los denominados vasos ch’alladores, cuya función parece haber sido la de recipientes para rociar chicha, todas las piezas actualmente se encuentran en exhibición en el museo comunitario que se encuentra en la misma comunidad.
De todas las piezas halladas hubo una que llamó la atención del investigador Jedú Sagarnaga, un vaso ch’allador, pieza a la que el arqueólogo junto a su colega Javier Mencías, le dedicaron un artículo de investigación en la Revista Chacha Puma número 7 de diciembre de 2014, el texto titula: “Presagio de un ocaso: El conjuro de la caida de Tiwanaku, desde Pariti” toda la información presentada en este texto ha sido extraída de dicho artículo, con el fin de divulgar su contenido.
El vaso ch’allador es descrito por los autores de la siguiente forma: “Vaso codificado por nosotros como PRT 00111, en el que se observan imágenes muy sugerentes. Se trata de un ch’allador de 24,5 cm de alto y 5 cm de diámetro en la base, cuyas paredes externas e internas presentan decoración pintada en bandas.” (Sagárnaga & Mencias, 2014)
El análisis del objeto es interesante ya que una de las figuras de su interior muestra una escena que según los investigadores podría interpretarse como la representación de la época de colapso de Tiwanaku, esta imagen: “…muestra con mayor claridad que un ave gigante con una cabeza que corresponde más bien a un mamífero carnívoro, acaba de engullir la cabeza de un personaje antropomorfo” (Sagárnaga & Mencias, 2014, pág. 13)
La interpretación de Sagárnaga y Mencias expone que el ser antropomorfo es el Señor de los Báculos, Dios principal de Tiwanaku, el cual es la figura central y principal del friso de la puerta del ol, y se lo muestra despojado de su ropa, casi desnudo, como una alegoría a su pérdida de poder.
- Eclipse y colapso
Los autores utilizaron un modelo de regresión astronómica para calcular los años en que sucedieron eclipses que pudieron ser visibles desde Tiwanaku y Pariti, para su análisis utilizaron el JavaScript Solar Eclipse Calculator, herramienta con la cual pudieron calcular 4 eclipses que coinciden con la datación de las piezas de cerámica de Pariti, 3 de ellos de mayor importancia. “De los eclipses identificados, uno fue total y los restantes tres anulares, pero son los tres últimos (de los años 992, 1065 y 1093) los que estarían más fuertemente relacionados con los eventos de ofrenda. De ellos llama poderosamente la atención el hecho de que los dos últimos sucedieron en un lapso de 28 años (un tiempo muy corto, menor a una generación). (Sagárnaga & Mencias, 2014, pág. 12)
Según la investigación de los autores ya mencionados “En el s. X se daría una prolongada sequía, la misma que se habría prolongado un tiempo agobiantemente tan largo como un siglo y amenazaba dilatarse sin remedio. Entiéndase esta sequía no como una condición de absoluta sequedad, sino de drástica disminución en el régimen de lluvias que habría afectado las condiciones de vida animal y la capacidad productiva de los campos de cultivo que rodeaban la mayoría de los asentamientos Tiwanaku más importantes” (Sagárnaga & Mencias, 2014, pág. 11)
El vaso Ch’allador con la figura del señor de los báculos siendo devorado por un ave, sumado a la datación de los 3 eclipses solares que fueron vivibles desde Tiwanaku y Pariti, y que coinciden con la datación de la ofrenda de piezas cerámicas nos hace entender que los tiwanacotas vivieron un cambio climático tan extremo que creyeron que su Dios principal, el señor de los Báculos había perdido su poder, los eclipses pudieron ser señal de ello y la ofrenda una muestra de desesperación para cambiar el rumbo de su situación, sabemos que no lo lograron por ello el imperio colapsó.
- La sequía actual, incendios y contaminación ambiental
El colapso de Tiwanaku es aún una temática que está en proceso de seguir siendo estudiada y analizada, lo cierto es que muchas teorías, como la que acabamos de exponer del arqueólogo Jedú Sagarnaga, coinciden en determinar que el factor medio ambiental fue importante para entender la desintegración y decadencia del imperio.
En la actualidad estamos ante un escenario de destrucción, esta vez no es un imperio, es el planeta en sí, los indicadores de agotamiento de recursos son evidentes, la sequía en la región occidental de Bolivia es preocupante, este año el Lago Titicaca ha llegado a su cifra de baja de nivel de agua, la más baja fue registrada en 1996 con 3.808,10 metros, según un reportaje de DW: “Debido a las escasas precipitaciones y al calor extremo, el nivel del lago Titicaca entre Perú y Bolivia ha caído por debajo de su mínimo histórico. Desde abril, el nivel del agua del lago ha descendido más de medio metro hasta los 3.808,05 metros sobre el nivel del mar, según datos del Servicio Meteorológico de Perú del jueves. Se calcula que en el lago Titicaca se pierde 10 litros por segundo, por la falta de lluvia y por el aumento de temperaturas producto del cambio climático.
Los incendios forestales en Bolivia han afectado a 4 de los 9 departamentos del país, el diario digital La Razón el pasado martes 25 de octubre publicó que: “Hasta el martes, los incendios forestales afectaron a 2.267.000 hectáreas de bosques a nivel nacional, según un informe del Sistema de Información y Monitoreo de Bosques, del Ministerio de Medio Ambiente y Agua.”
“Según la información satelital de la organización ecologista Greenpeace. Bolivia presenta 1.886 incendios, de los cuales el 58% está en el Beni, 19% en Santa Cruz y el 12% en La Paz. El mundo presentaba un total de 13.689 focos de calor, de acuerdo a las imágenes satelitales de Greenpeace consultadas a las 17:50, hora boliviana. Australia concentraba 4.427 puntos de quema (32,3%), Bolivia, 1.886 (13,8%), y Brasil, 1.333 (9,7%). Así, estos entre estos tres países totalizaban un 55,8% de todos los incendios ocurriendo en el planeta”.
Octubre ha sido un mes complicado por la expansión de los incendios forestales, la sequía, la escasez de agua que ya es un problema en algunas regiones, lo que sucede en Bolivia es parte de los efectos globales del cambio climático, Tiwanaku no pudo lidiar con el cambio climático del siglo X, esperemos que nosotros los humanos del siglo XXI, encontremos en la tecnología las herramientas para subsanar las consecuencias que estos problemas medio ambientales, esperemos ser una generación de esperanza y desarrolladora de conociendo en pro de devolver al planeta el equilibrio que perdió.
Bibliografía
Sagarnaga, J., & Mencias, J. (diciembre de 2014). Presagio de un ocaso: El conjuro de la caida de Tiwanaku, desde Pariti. Revista Chacha Puma, pág. 67.