Por Carlos Burgoa Moya
El periodismo no está en crisis, ya que los que vociferan que el buen periodismo ya no hay o está en decadencia y que los buenos periodistas están de capa caída. Nada más falso ya que acabo de terminar de leer una monumental obra -el primer volumen- y demostrarnos que con buena investigación, buena redacción Jon Lee Anderson (1957) periodista estadounidense que se ha especializado en temas latinoamericanos y en las guerras posteriores a los atentados del 11-S. Considerado uno de los mejores reporteros del mundo, es colaborador de The New Yorker y profesor en la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano., nos puede sumergir particularmente en América Latina y el mundo, está llena de grandes acontecimientos para contar al mundo.
Su obra “He decidido declararme marxista” Vol. 1 (Debate. 788 páginas. 2024). Nos adentra desde todos los flancos del poder y desde el llano en crónicas desde 1980 – 2024 que desde sus páginas nos da una sinopsis, un retrato de que el poder cambia o realmente muestra como es el ser humano cuando está sumergido en él.
En sus páginas nos muestra a Oriente próximo, Asia, África, Latinoamérica, Guerrillas y perfiles de algunos políticos Latinoamericanos, que dando un vistazo desde sus inicios periodísticos y que a través de su pluma muy severa nos muestra otra faceta en una crónica bien trabajada y bien elaborada, que desde el principio te atrapa y te sumerge en la historia, porque hay que reconocer que un buen periodista que se respete debe investigar y mostrar su búsqueda incansable por decirnos la verdad, ante todo.
¿Porqué del título? Porque en tiempos que ser de izquierda es una utopía o un marasmo, él nos explica que “cuando tenía dieciocho años ya había vivido en nueve países, y el día crucial en que decidí hacerme marxista me encontraba en Liberia, en África Occidental, donde vivid durante un año y empezaba los años setenta, una época de malestar global y, con la finalidad de entender mejor el mundo que me rodeaba, fui un lector atento y precoz” y ya comprenderán que es una parodia, para entender que por sus años mozos decide ser marxista, pero que a lo largo de su obra no lo es y mas bien lucha contra esa corriente que tampoco se declara afín al libre mercado.
Considerado el heredero natural de Ryszard Kapuciski, los reportajes de Jon Lee Anderson, además de mostrar una brillante dimensión literaria, son un fascinante reflejo del clima sociopolítico de nuestra época, pero también el valioso testimonio de un periodista comprometido con la verdad y dispuesto a participar en la historia.
Entre sus páginas encontré una sinopsis de dos presidentes emblemáticos de América Latina, Evo Morales e Ignacio Lula Da Silva, impresionante, que del primero le hace una entrevista de cuando llega a México, luego de haber salido de Bolivia en el 2019 que se dio un golpe extraño en plena democracia y del segundo de cuando es condenado a prisión por los “supuestos actos de corrupción”, donde se ve otra faceta de este mandatario que hoy nuevamente gobierna Brasil y uno de colofón de Andrés Manuel López Obrador, donde se puede leer otra faceta del porque insistió tanto para la presidencia que al final lo logro y que por ser un demócrata convencido decidió no postularse nuevamente para dar camino a otro líder, un ejemplo a seguir.
Por la tumultuosa fiebre de las redes sociales, no podemos olvidar que leer un periódico, es un acto de valientes y de hasta que digan que estamos viejos que no queremos cambiar por una Tablet o una Kindle, pero tener un ejemplar de un libro o un papel con historias es otro gusto, ya que lo podrás guardar y tenerlo cualquier momento entre tus manos y no así que cuando se corta la luz, no puedes abrir tu computadora o un aparato móvil.