El día se cierne sobre las montañas,
sobre los habitantes de este espacio.
Los rayos solares hacen esperar su llegada,
la esperanza no. Existes tú.
El agua fluye por las venas de la tierra,
la inmensidad del cielo anuncia nuevos horizontes.
Tu mirada refleja el edén de nuestro tiempo.
El viento proclama ignorados senderos,
tú presencia anuncia libertad,
armonía
y esa belleza que estremece el alma.
Los lunares de tus labios
ahora son constelaciones
exactas, necesarias, imprescindibles