El FMI no manda en Bolivia

Por Carlos H. Burgoa Moya

En su reciente informe de recomendaciones que el Fondo Monetario Internacional (FMI) le dijo a Bolivia en la presente semana, le dijo que suba el dólar, que quite la subvención a los carburantes que lo tiene desde que el extinto gobernante de ese entonces Hugo Banzer (1997 – 2002), lo decreto por miedo a que lo voltearan de la silla presidencial, además que suprima el segundo aguinaldo, -beneficio que tiene este país cuando su economía sube más del 5%- y que haya recortes en el gasto fiscal. “Ese tipo de recomendaciones no las vamos aceptar porque somos un país soberano, tenemos una política económica soberana desde el año 2006. Nosotros ya no nos sujetamos a las directrices que sugiere el FMI”, declaró el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, mientras tanto el presidente Luis Arce dijo “Bolivia no acepta planteamientos del FMI que van en desmedro del pueblo”.

En lo que va del año a pesar de seis meses de guerra, la inflación en Bolivia hasta el momento está en 1,2% y no se ve en el horizonte que suba más. ¿Pero dónde radica su éxito, será que siendo un país con una población de no más de 12 millones de habitantes, la gente no consume como los demás países de la región que se vislumbra un panorama muy complejo de aquí a fin de año? Veamos. Una de claves de su éxito radica en su rígida política económica que supo aprender con creces en los años 80s, donde fue otro ejemplo en tener la inflación más grande del siglo XX, que era en 11.749,64 %.

Uno de los éxitos del gobierno de Evo Morales (2006- 2019) fue su tozudez en materia económica, ya que supo sopesar con cierto grado, contentar a su electorado con bonos y una política neoliberal que sigue vigente desde que fue implantada en 1985, pese a quien pese. Y otro gobernar con los sindicatos/movimientos sociales que entendieron que política/encomia van de la mano juntas.

Pero no hay duda de que la pobreza se ha reducido en un nivel nunca antes visto, pero hace falta hacer mas ya que si va así, el futuro no es muy prometedor, ya que en un momento dado las economías vecinas afectaran a la política macroeconómica de Bolivia, ya que no hay que olvidar que la cercanía por ejemplo con Argentina hace que algunos productos básicos de la canasta familiar lleguen de contrabando a la mesa de muchos bolivianos.

Desde 2006 Bolivia aplica el modelo económico social comunitario productivo, que prioriza el mercado interno, la inversión pública, la redistribución de ingresos en beneficio de la población más vulnerable y la aplicación de medidas económicas en el marco de la soberanía de política monetaria, supo ser el sostén de una economía acorde a los tiempos que anda este mundo. Donde lo público combina con la privado.

Son 16 años que va de la mano de un gobierno con altos grados de aceptación política y de confianza económica. Desde que nació a la vida republicana (1825 – 2009) el ejercicio del poder estaba en manos de las elites que gobernaron siempre, con una mentalidad colonial de saqueo y de robo, haciendo un país de mendigos y de creer que no podrían gobernase por ellos mismos.