La respuesta de Benjamin Arditi al artículo de Han.

Fernando Garcia Yapur

«Varias amigas y amigos han colocado en sus muros la liga a un articulo publicado por Byung-Chul Han en El País. Es sobre la emergencia mundial por el Covid-19 (abajo yo también pego la liga). Han es un destacado filósofo, pero su artículo contiene afirmaciones más que dudosas. Menciono 5 de ellas.

  1. Dice que en Asia ya se tiene bastante controlada la epidemia, y que se ha logrado a pesar de que en Taiwán y Corea no se prohibió a la gente salir de sus casas y tampoco se cerraron tiendas y restaurantes. Pero Byung-Chul Han no menciona que China, el epicentro del coronavirus, puso en cuarentena a 760 millones de personas, es decir, a la mitad de su población. La revista Nature (https://www.nature.com/articles/d41586-020-00741-x) consultó con epidemiólogos y diseñadores de modelos de propagación viral, para quienes esto fue decisivo para detener el crecimiento exponencial del contagio. Tampoco menciona que Corea tenía la capacidad logística para fabricar, realizar y procesar hasta 20,000 pruebas de contagio al día. Otros países no. Si no se tiene esa capacidad, hay que pensar en otras opciones.
  2. Sostiene que Europa está fracasando: sobreactúa al tomar decisiones de quién recibe un respirador y quién no, y que el cierre de fronteras es una expresión desesperada de soberanía debido a que la cooperación sería mejor. Es cierto que la cooperación generalmente es mejor. Pero luego explica la ventaja de Asia: se debe a la mentalidad autoritaria, fruto del confucianismo, que hace que los asiáticos sean más obedientes y confíen en el Estado. Agrega que en Asia, la vigilancia digital y la ausencia de privacidad sobre los datos permite a las autoridades controlar mucho mejor a la gente: 200 millones de cámaras de vigilancia (muchas de ellas inteligentes), empresas proveedoras de internet que comparten datos de sus clientes con el gobierno, un riguroso control de cada clic que hacen los ciudadanos cuando navegan, etc. Llama a esto un cambio de paradigma del que Europa ni se ha enterado.

Este razonamiento se me hace descabellado. Primero porque dice que Europa ha fracasado donde Asia tuvo éxito. El éxito se debe a una supuesta mentalidad autoritaria de los asiáticos que no me convence mucho: recordemos las manifestaciones pro democracia en Hong Kong durante 2019. Pero si le damos el beneficio de la duda y aceptamos que los asiáticos son más obedientes, ¿cómo pretende que se cree esa mentalidad en un par de semanas para resolver la crisis del Covid-19 en Europa y el resto del mundo? No puede hablar de fracaso y éxito sobre la base de ventajas comparativas. Es como si acusara a los noruegos por no cultivar mangos, o a los cubanos por no ganar medallas en los juegos olímpicos de invierno.

Y segundo, ¿está sugiriendo que el planeta haga un cambio de paradigma hacia la era digital basado en la ausencia de privacidad y el control riguroso de la población? Es cierto que las empresas ya lo hacen (FB probablemente conoce nuestros gustos más que nosotros mismos), pero eso no significa que lo aceptemos con una sonrisa en la boca o con la resignación de quienes saben que están jodidos y deben adaptarse. No lo hacemos: la gente resiste ese control. La aceptación de la ventaja del autoritarismo es un problema normativo en el argumento de Byung-Chul.

  1. Luego de concluir que el Big Data es más eficaz contra el Covid-19 que el cierre de fronteras, el autor agrega que la protección de datos personales en Europa hace imposible que el modelo asiático funcione allí. Entonces, ¿en qué quedamos? Por un lado, el cierre de fronteras y el aislamiento de la población en sus casas es un absurdo, y por el otro, hay que usar las estrategias dependiendo de dónde hay que enfrentar la epidemia y cuáles son los recursos que se cuenta para ello. Pero no puede afirmar las dos cosas al mismo tiempo sin caer en una contradicción performativa: tiene que decidirse, el cierre de fronteras es un absurdo o el modelo asiático de Big Data no funciona en las sociedades en las que no hay una cultura autoritaria.
  2. Byung-Chul Han dice también de que no sirve de nada cerrar restaurantes si la gente se aglomera en el transporte público, generando una división de clases a nivel de la epidemia: los que se arriesgan en el transporte público y los que pueden ir en auto al trabajo. Lo de la división de clases es cierto, pero no por la epidemia, sino por el capitalismo cotidiano. Y el filósofo coreano no menciona que el cierre de comercios, espectáculos y lugares de trabajo vino acompañado de pedidos de auto-cuarentena de la población. Basta con ver las imágenes de Italia, España, Chile o Alemania: calles vacías, o con escaso movimiento, y donde se pueda, trabajar desde la casa para reducir el contagio.
  3. Menciona que 10 años atrás publicó un libro titulado “La sociedad del cansancio”: la tesis era que el paradigma inmunitario basado en la negatividad de un enemigo había perdido vigencia, pues en nuestra sociedad infinitamente permisiva no hay cabida para la negatividad del enemigo. Agrega que el enemigo ha vuelto bajo la figura del Covid-19.

No he leído ese libro, pero no logro comprender en qué se basa para hacer esas afirmaciones. En 2010, cuando publicó el libro, ya llevábamos una década del retorno de un paradigma hobbesiano de la seguridad nacional impulsado por el ataque terrorista a las Torres Gemelas en 2001. Occidente definió al terrorismo islámico (inicialmente Al-Qaeda, luego ISIS, y en Rusia, a los separatistas Chechenos) como un enemigo mortal al que había que combatir de manera implacable. ¿No es esa la negatividad que Byung-Chul Han decía que había desaparecido? ¿No hemos cohabitado con la negatividad de ese enemigo desde hace dos décadas?

Al mismo tiempo, hay un auge espectacular de la nueva derecha, que pregona nativismo, racismo y xenofobia. Estos temas dejaron de ser parte de la agenda de pequeños grupos delirantes pues se integraron al «mainstream» de partidos electorales que impulsan el odio al migrante pobre, moreno, no cristiano y no heterosexual en Estados Unidos, Hungría, Polonia, Italia, Francia, España, Austria y Brasil. ¿No se trata esto de la negatividad de un enemigo? Y luego están los grupos neonazis en Alemania, donde Han vive, que definen a los musulmanes, a los inmigrantes, y a los judíos como enemigos de la nación. O el Brexit, paradigma del pensamiento insular que rechaza todo lo que huela a multilateralismo. Al igual que en el caso del enemigo definido por el retorno del pensamiento hobbesiano de la seguridad, ¿no hay acaso un enemigo de Occidente en esta agenda de la derecha que ya lleva 20 años en ascenso?

Es genial que los filósofos dejen de escribir sólo para otros filósofos y que se dediquen a pensar cosas de la vida cotidiana, pero el mero hecho de que lo hagan no significa que debemos celebrar todo lo que dicen»

https://elpais.com/ideas/2020-03-21/la-emergencia-viral-y-el-mundo-de-manana-byung-chul-han-el-filosofo-surcoreano-que-piensa-desde-berlin.html?ssm=FB_CC&fbclid=IwAR0oJEZz40RmjJUoHb0t-KSz6WpLrbgA2YNZJF5FmXADJBtrfBf9W7yKIZc