Yanakuna: Novela quechua de Jesús Lara

Por: Cintia Fabiola Figueredo Quisbert

Yanakuna es una novela escrita por Jesús Lara en 1952, la edición que se reseña a continuación corresponde a 1958 publicada en la ciudad de La Paz por Librería y Editorial Juventud, esta obra está incluida en los 200 libros de la Biblioteca del Bicentenario de Bolivia y fue reeditada en 2024, cabe mencionar que fue traducida al polaco y checo en 1956, su autor Jesús Lara fue un escritor, poeta, novelista, lingüista quechua, indigenista, periodista y político boliviano. Fue perseguido y apresado en varias ocasiones por su militancia política en el Partido Comunista; partido con el que participó como candidato a la vicepresidencia del país en 1956. Lara nació en Cochabamba en 1898 y murió en 1980.

El autor traduce la palabra yanakuna como siervo, esclavo, este sustantivo es el que describe la condición de vida de Wayra una mujer que es la protagonista de esta novela, su historia se desarrolla en los años precedentes a la Revolución Nacional de 1952, esta niña de origen quechua vive una infancia feliz en los valles bajos de Cochabamba, es pastora de ovejas y vive junto a sus padres Lanchi, Sabasta y sus hermanos.

La construcción del personaje de Wayra nos presenta a una niña que vive una infancia feliz y que por infortunios familiares tuvo que transitar su adolescencia y juventud en medio de un proceso de mestizaje, en el cual la violencia fue un factor determinante para que ella forje un carácter de protesta y resistencia contra todos los maltratos que sufrió.

Tras la muerte de su padre Wayra y toda su familia quedaron en la pobreza, razón por la que su madre la vendió como sirvienta a don Encarno y doña Elota, una pareja de prestamistas del pueblo, personas usureras y crueles, en la chichería de doña Elota inició el calvario de Wayra, golpes, explotación laboral, desnutrición, vejaciones, un intento de asesinato, fue lo que esta pobre niña tuvo que atravesar por muchos años, hasta convertirse en una jovencita, tras ser vejada y embarazada por el cura del pueblo, sus verdugos decidieron al fin expulsarla de su casa.

Despreciada por la mala fama que el cura y su familia se encargaron de sembrar en contra de ella, tuvo que migrar a la ciudad de Cochabamba, en ese nuevo escenario la explotación laboral, discriminación, violencia, no cesaron, Wayra tuvo dos hijos y conoció a Simu quien se convertiría en su compañero, tras ser despedida por sus patrones Simu la llevó a vivir a su pueblo en el altiplano, ahí ella encontró un hogar como el que había tenido en su infancia, por un breve tiempo fue feliz junto a su nueva familia, hasta que el hijo del patrón de la hacienda se convirtió en el nuevo administrador, era un jovenzuelo cruel, inhumano, y por desgracia descargo toda su ira contra Wayra y su familia. Wayra perdió a su esposo, a su hija, y junto a los demás indios de la hacienda fueron condenados a pena de muerte por las autoridades judiciales, acusados por el asesinato del patrón de la hacienda, el autor presenta el momento de la sentencia de la siguiente manera:

“Un súbito alarido rompió el silencio de la sala. Era el pequeño Isicu, que había entrado en brazos de su madre. Los reos distinguieron al niño igual que a una lamparilla encendida en la lejanía, hallaron que en su luz palpitaba maravillosa la vida y asiéronse a ella como si fuera la esperanza.

Sí. Todos ellos tenían hijos; unos como el pequeño Isicu; otros más grandes; otros más tiernos. Pero sus hijos vivirían y acaso brillaría para ellos en su tiempo otro sol.” (Lara, 1958: 402)

La historia de Wayra no es ficción, es un retrato literario basado en hechos reales, esta mujer como personaje principal encarna la vida de cientos de indios que vivieron en condición de explotación en nuestro país, su contenido es una valiosa herramienta de análisis social, latifundio, migración, mestizaje, son algunos de los varios temas que expone el autor y están presentados prestos  para quienes quieren conocer esta etapa de nuestra historia, Yanakuna es una novela histórica de alto valor crítico para la comprensión de nuestro pasado como nación, es meritorio leerla y analizarla en este contexto de crisis multinivel que atraviesa nuestro país en su bicentenario.