“Pepe” Mujica

Por Carlos H. Burgoa Moya

«Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles» Bertolt Brecht.

Se dice que los halagos se las hace en público y las reprimendas se las hace en privado y a raíz de las últimas declaraciones del Pepe Mujica, quien declaro que se está muriendo y “el guerrero tiene derecho al descanso y que su ciclo ha terminado hace rato”, volqué la mirada a la entrevista que le hizo María Esther Gilio a un extraordinario ser humano, activista, político, agricultor y expresidente de Uruguay más conocido como “Pepe Mujica De tupamaro a presidente” (Capital intelectual, 2010. 124 páginas. Edición Le Monde diplomatique Argentina), donde nadie puede dudar que es de esos hombres que actúan como piensan y cabal en todo el sentido de la palabra.

José Alberto Mujica Cordano (Montevideo, 20 de mayo de 1935), Integró el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros. Fue elegido diputado y senador por el Frente Amplio (Uruguay), para posteriormente ocupar el cargo de ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca entre 2005 y 2008. Después de ocupar la Presidencia, entre 2010 hasta 2015, fue elegido senador nuevamente, en las elecciones de 2014 y en las de 2019. Renunció a este último cargo el 20 de octubre de 2020, retirándose de la actividad política para dedicarse a la militancia popular. En la actualidad es el líder del Movimiento de Participación Popular, sector mayoritario del partido de izquierda Frente Amplio

Pepe Mujica, inició su vida de militancia política como un joven ‘anarco’ a los 14 años, y desde entonces ha recorrido un camino largo y difícil, transitando siempre por la senda de la dignidad. En esta cálida y luminosa entrevista desarrollada en dos encuentros en su casa de Rincón del Cerro con María Esther Gilio -que se reedita en una versión actualizada- se recuerdan los triunfos y los fracasos, sus convicciones, honradez y pasión por aprender y trabajar. De joven tupamaro, empuñó las armas para defender el sueño de justicia de muchos compatriotas uruguayos; conoció también el dolor y la terrible experiencia de trece años de cárcel. Días después de recuperar la libertad, allá por marzo de 1985, supo decirles a los jóvenes que se acercaron a escuchar su mensaje que ‘la pasión no justifica la miseria… la miseria del alma. Nacimos para luchar por la igualdad, y por el sueño de un hombre, sino nuevo, algo mejor’. ‘Yo no soy intelectualmente primitivo, pero sí soy vitalmente primitivo. Vivo para adelante’, afirma Mujica,

De las palabras de este ser humano, podemos aprender todos porque página a página nos enseña este hombre que a sus 90 años ha paseado por varios escenarios y a sido ovacionado como si estuviera en un concierto tanto por jóvenes como para los de entrada edad madura, porque nadie envejece por los años, si no por la enseñanza que le da la vida, para dar a conocer a los que nos rodean y viven cerca de uno.

Su lectura es muy recomendable tanto para los políticos como para los seres humanos que caminan estas tierras que nos toca vivirla, ya que nos enseña que nada en la vida es para siempre y que cada día es para renovarla y no pensar que un cargo o una función es para toda la vida, porque como alguien dijo hoy somos, mañana no.

En momentos como los que vivimos donde si no nos renovamos vanos a caer en la pesadez de la política, es necesario recobrar las enseñanzas de un hombre que demostró que todo se puede y se lo debe hacer en vida para el bien de nuestros semejantes. Un justo homenaje en vida a este hombre que dio todo por los demás.